La Voz de Galicia, 18 de mayo de 2014
La clave no son las horas de Matemáticas, es su enseñanza
Expertos abogan por trasladar la metodología de la educación
infantil a primaria y sobre todo a secundaria, dando más libertad a los
centros
En pocos días la
Xunta dará a conocer el nuevo horario escolar de los niños gallegos, que
incluirá ligeras modificaciones de la mano de la Lomce. Sin datos
concretos, Educación reconoce un aumento de la carga lectiva de
Matemáticas, ya que el informe Pisa reflejó un peligroso estancamiento
en ese terreno. Pero inevitablemente surgen las dudas: ¿Se arregla solo
con aumentar las horas de clase, cuando un programa no lectivo, como el
de bibliotecas, supuso un incremento de 13 puntos en comprensión lectora
en ese mismo informe Pisa? ¿La organización de los cursos por
asignaturas es un método eficaz? ¿Qué materias deben cursar los
gallegos? Para responder a estas cuestiones, La Voz de Galicia convocó
esta semana en Santiago a cinco expertos, que concluyeron que las
asignaturas pueden ser unas u otras, pero lo malo es que sean
compartimentos estancos que se sigan enseñando con clases magistrales
sin aprovechar el potencial que cada alumno tiene.
Los profesionales convocados por La Voz para esta
ocasión fueron: Manuel Corredoira, director xeral de Educación de la
Xunta; Antón Costa, profesor de la USC y uno de los fundadores del
movimiento de renovación pedagógica Nova Escola Galega; Pepe Facal,
profesor de secundaria en el IES Lamas de Abade, en Santiago, defensor
de una metodología menos encorsetada; Emilio Veiga, profesor y director
del CEIP San Francisco Javier, de A Coruña; y Carmen Pomar, psicóloga y
profesora de la USC especialista en alumnos de altas capacidades.
La ley es permisiva
A pesar del diferente perfil de los
participantes, todos se mostraron de acuerdo en tres grandes asuntos:
primero, las asignaturas en secundaria deben interconectarse (en
primaria lo hacen porque las materias académicas tienen un único
profesor), y así se puede aplicar la música a matemáticas o el arte para
estudiar lengua, por ejemplo; lo segundo es que tal vez no importe
tanto qué enseñar ni cuánto tiempo sino el modo de hacerlo, y por eso la
física puede pasar de pesadilla a diversión en según qué clases; y
finalmente, que los centros deben tener autonomía para adaptar su
planteamiento educativo a la realidad del entorno, ya que no se pueden
aplicar con precisión matemática modelos que funcionan en otros lugares.
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http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2014/05/18/clave-horas-matematicas-ensenanzareconocer-trabajo-bien-implicar-familias/0003_201405G18P34991.htm